Hoy me
desperte con la sonrisa extendida.
Si, decía: Si!. Era como una rodaja de
sandía gigante,
y cuanto más me alejaba, más se extendía.
Me seguía.
Que bueno! dije,
allí entendí:
Brando Fermín mandando mensajes.
Pero no era solo eso.
Era una
ecuación Brando+ Sonrisa: igual 2, igual 3.
No me importó más nada, ahí entendí
todo.
Que es lo que uno incansablemente persigue.
Una especie de cima en donde hacer
una pausa reflexiva,
o colgada, y al fin sonreir, con calma hermosa.
Ni mil
tentáculos me sacarían de ese lugar, porque ya sucedió.
Nadie te quita lo
bailado, ni lo que bailas ahora, minuto a minuto…
No hay comentarios:
Publicar un comentario