Una daga inmensa, de color cemento q instantáneamente se trasformó en polvo, se delizó desde el cielo vertiginosamente en mi columna vertebral…Como serpiente, verticalmente, como echándose un clavado dentro de mí, ese lunes feriado…Que había pensado antes?, q pregunta me había hecho de la q se desprendiera tal respuesta? Creo q algo que tenía que ver con mi fuerza vital, con mi ¨todos los días¨algo con esta realidad repetitiva y rutinaria. Ojalá pudieran atravezarnos los eternos días todos variados y multifacéticos, q transitaran siempre por paisajes diferentes, q abrieran ese abanico espectral infinito de variables, y q apenas se repitiera algo inusualmente, una vez cada 10 años. Pero no es así ahora ; es que entramos a dar circulos, a enrutinarnos y no es así el universo, el universo es un espiral. El tiempo va pasando y ni un día es el mismo, siempre es otro día. Entonces, en conexión con la naturaleza, nosotros, sus seres, tampoco podemos ser los mismos que un día anterior. Levemente algo cambia, adentro. A veces, sube a la superficie. Es eso, con lo que quiero conectar yo, con ese pulso vital tuyo, muy adentro, ese que va cambiando con el cosmos, ese q me hace respirar luz rojiza, entraña de la tierra, entraña del cuerpo, lava-savia-sangre, eso. Un caliz dorado vertido ahora, por mis venas esta vez, a través de una hermosa voz de mujer, madre, a travez de una voz protectora de padre. Ahí va, caricia al corazon, hermosa y sublime. Gracias a este dorado sol por brincar sobre mi piel, por escamarme de plata a mis ojos.
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